La cumbre de la OTAN en Madrid convocó a cenar a los principales mandatarios de la Alianza al Museo Del Prado, entre cuadros de Velázquez y Goya. La que ya es una cumbre histórica por el contexto en que se desarrolla, culminará con la aprobación del mayor rearme en Europa desde la Guerra Fría, como señaló el propio secretario general de la organización Jens Stoltenberg:

“Esta cumbre será histórica y transformadora, en un mundo en el que la crisis de seguridad es la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, ante la que los aliados han demostrado unidad. Supone la mayor revisión de nuestra defensa colectiva desde el final de la Guerra Fría”.

La declaración del Tratado apunta contra "la instrumentalización de la migración", en un elocuente respaldo a la política migratoria del gobierno de Pedro Sánchez, cuya represión en Melilla se cobró días atrás entre 23 y 37 muertos. En ese sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden anunció la llegada de dos buques de guerra a la base naval de Rota que sumarán seis destructores de la OTAN en territorio español.

Otro punto álgido de la cumbre ha sido la reunión entre Turquía y los aspirantes a formar parte de la Alianza, Sueca y Finlandia. Tras cuatro horas de negociaciones el presidente Erdogan levantó el veto contra los países nórdicos a cambio del compromiso de éstos de no apoyar al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) y a las milicias YPJ que luchan por la independencia del Kurdistán turco, sirio e iraquí.