08/06/2023
Foto por Oriol Radalga Peig
Leonardo Padura (La Habana 1955) és escriptor, guionista, novel·lista i periodista cubà d'àmplia trajectòria o profusa obra. Es va fer mundialment conegut pel seu llibre "El hombre que amaba a los perros", una biografia de quasi 800 pàgines sobre el revolucionari rus León Trotski. Recentment, ha publicat "Persones decents", una obra que forma part del seu cicle de novel·les policials protagonitzades pel detectiu Mario Conde, "un home que mira el món des d'una cantonada de l'Havana", segons les seves pròpies paraules.
Aprofitem el seu pas per Menorca, on està brindant un cicle de xerrades i cursos convidat per Talleres Islados, i amb la Xarxa de Biblioteques de Menorca, per a parlar de literatura, de periodisme, de política, de novel·la i, per descomptat, del meravellós i terrible fet de la insularitat.
Revista Posidònia: Leonardo, com t'ha rebut Menorca i què et va portar de la teva illa a la nostra?
Leonardo Padura: Hace unos meses recibí una propuesta de Mariona Fernández para venir a dar uno de los Talleres Islados. Finalmente, debido a la alta demanda que recibió la propuesta me quedé una semana más para dar otro taller. También brindamos una conferencia abierta en el Auditorio de Ferreries titulada "Censura, autocensura y cancelación" y mañana a las 19:00 hs daré un taller titulado "Como se escribe una novela" en la Plaza del Mercado del Ayuntamiento de Es Castell.
La verdad es que estoy disfrutando mucho de la isla pero tengo que decir que el agua está todavía un poco fría para mí y no he podido disfrutar las playas menorquinas todo lo que me habría gustado.
RP: Reprenent una mica aquesta perspectiva que aborda la teva conferència sobre la censura, l'autocensura i la cancel·lació, et volíem preguntar sobre el teu treball com a periodista, i fins i tot com a novel·lista. Com te relaciones amb l'anomenada cultura de la cancel·lació?
LP: Ayer leía una entrevista de Bret Easton Ellis, el autor de American Pshycho, que contaba que ya en los 80' él tenía problemas para expresar abiertamente su homosexualidad. A pesar de aquellos momentos tan oscuros, Easton Ellis decía que añoraba la claridad de qué es lo que se puede mostrar y qué no en público.
Hoy en día, cualquier opinión, cualquier contenido puede convertirse en una tendencia viral y sufrir una cancelación masiva. Estamos en un momento muy raro. Un cuchillo es un elemento utilísimo, pero si se utiliza para matar a una persona se convierte en un arma agresiva. Las redes son una herramienta útil por todos los motivos que ya conocemos, pero cuando se utilizan de modo perverso se convierten en todo lo contrario.
Que en Cuba haya censura es una parte esencial de ese sistema político. Sin embargo estamos ante amplios casos de censura en Occidente, donde se supone que reina la democracia. Hay limitaciones a las libertades, al uso del lenguaje, hay persecuciones a todo tipo de manifestaciones sociales y reintepretaciones de la historia. Esto obliga a los periodistas y comunicadores a andar con pies de plomo para evitar enfrentarte a la sociedad. Lo que antes estaba claramente delimitado por los perfiles editoriales de los medios, hoy en día está más difuso. Realmente el oficio periodístico es hoy más que nunca de alto riesgo.
Pensando en eso, por ejemplo, recordemos la alarmante cifra de periodistas asesinados el año pasado en México por afectar los intereses de caciques y narcos locales. Ahora, además del riesgo de aparecer físicamente muerto, corremos el riesgo de aparecer ética, profesional y socialmente muertos.
RP: Sobre el teu treball com a periodista abans de dedicar-te a la novel·la, hi ha un període que ens interessa en Revista Posidònia que és la teva etapa en "El Caiman Barbudo". Com va ser fer periodisme a la Cuba dels 80 en aquesta revista?
Yo terminé mi carrera en los 80' y me incorporé al equipo de redacción del Caimán. Yo ya publicaba en la revista, aunque mi trabajo primero fue como corrector de prueba y luego entré de lleno a la redacción. Trabajé allí hasta el año 1983, cuando me trasladaron al periódico que pertenecía a la Oficina de Prensa y Cultura de la Juventud Comunista, porque en Cuba todos los organismos de difusión masiva pertenecen al estado.
Allí hice sobre todo periodismo cultural. Críticas de libros, teatro, alguna entrevista... y de hecho fue una de esas entrevistas la que provocó que yo fuera trasladado al periódico. El Caimán era una de las revistas más vanguardistas de la época, con una fuerte vinculación con el mundo cultural cubano. No te quiero decir con esto que fuera una renovación del periodismo pero sí era distinto de lo que se había hecho hasta los años 70'. Fuimos una generación que cambió un poco la forma de hacer periodismo y la política editorial que se había tenido hasta ese momento.
Yo realmente donde hice periodismo es cuando entro al periódico de Juventud Rebelde. Entré a ese medio con el estigma de ser una persona con "problemas ideológicos" y me mandaron allí a "reeducarme". Sin embargo, muy pronto tuve la posibilidad de escribir de lo que quería, cómo quería y con la extensión que quería, algo insólito en cualquier medio del mundo. Me dediqué mucho al reportaje histórico y literario, entrando poco en la realidad cotidiana.
Recuerdo que teníamos un sistema llamado "Muraleja": en un mural se ponían los trabajos destacados y los trabajos que tenían algún problema. Había muralejas positivas y muralejas negativas. En un momento uno de mis trabajos estuvo en las dos, porque, aunque estaba muy bien escrito, en un momento dije que un pueblo de Cuba estaba olvidado, a lo que un compañero replicó que la Revolución no olvida ningún pueblo. A pesar de todo pude hacer un periodismo muy libre, muy renovador, con un trabajo de estructuras y lenguajes que me permitió romper fronteras.
Hubo un reportaje que era en esencia, una entrevista a un muerto. Era un texto sobre un pueblo que se había incendiado 7 veces. Nadie estaba vivo para contar esos incendios, por lo que mis fuentes fueron aquellos que habitaban los cementerios. Fue un recurso literario, pero todo lo que digo en ese trabajo está fundamentado con las herramientas del periodismo. Eso me ayudó mucho con mi evolución como escritor porque en aquella época yo estaba escribiendo mi primera novela "Fiebre de Caballos".
Sigo ejerciendo el periodismo aunque ahora menos. He colaborado con agencias, con periódicos, e incluso llegué a tener cinco columnas mensuales hasta que decidí bajar un poco el nivel de colaboraciones para dedicar más tiempo a la literatura.
RP: Has tocat un tema que en aquesta revista ens interessa particularment que és la relació entre el periodisme i la literatura, la dimensió narrativa del periodisme i la seva bellesa...
Es un debate que se agudizó mucho con el llamado Nuevo Periodismo, con autores como Mailer, Tom Wolfe, Miller, Capote... Hay una cantidad de literatura periodística y de periodismo literario que alienta esta discusión. En mi opinión la diferencia entre hacer literatura y hacer periodismo está en el fin que tienen ambos formatos. La literatura tiene un fin estético y el periodismo tiene un fin informativo y analítico.
Cuando uno escribe una novela, los acontecimientos suceden y tienen una resolución dramática determinada. En el periodismo puedo utilizar esos mismos recursos literarios, pero hay que fundamentar lo que estoy diciendo con hechos, datos, fuentes. Ahora bien, uno puede escribir un reportaje periodístico con herramientas de la literatura, o escribir una novela con la estructura y los métodos del periodismo.
Por otro lado pienso que hay algo importante que es la dignidad con la que un periodista escribe determinado texto. Si simplemente quieres escribir una nota periodística es una cosa, pero si quieres que tenga una cierta permanencia, una cierta calidad estética, entonces tienes que explorar en estos formatos narrativos. Eso distingue a un buen periodista de un periodista por puro oficio. Ocurre en los últimos años que esta profesión está cada vez peor pagada, cada vez más denostada y menos jerarquizada.
Por ejemplo, ahora mismo Revista Posidònia viene hasta aquí a hacerme una entrevista invirtiendo un tiempo y un esfuerzo. De pronto cualquiera en redes sociales dice cualquier cosa y tiene más lectores que este trabajo que es fruto de un esfuerzo, de una formación y dedicación que otros formatos mas "virales" no tienen.
Parlem de les teves novel·les. Tens una profusa obra de novel·les policials amb una figura que podria ser considerat el Marlowe cubà. De què està fet Mario Conde?
Me pasa un poco lo mismo que con el periodismo. Yo puedo escribir una novela policial para contar como Juan mató a Pedro y cómo José descubre que fue Juan quien mató a Pedro. Pero puedes escribir una novela policial donde pase eso mismo y puedas narrar todo lo que ocurre en ese universo, alrededor de ese universo, donde ocurre el suceso. Poder convertir la novela policial donde lo policial sea un ingrediente pero la obra tenga un carácter artístico, estético, social y conceptual. Yo creo que Mario Conde desde que nace entra en esa literatura.
En la construcción de las novelas que protagoniza Mario Conde he podido hilvanar una crónica cercana de la vida cubana contemporánea. Lo mismo que el personaje de Carvalho de Vázquez Montalbán retrató la época de la transición en España -y es un tema que toco en el taller que estoy dando-, en su novela "Asesinato en el Comité Central". Aquí no se trata sólo de cómo Mario Conde investiga quién mató a quién, sino descubrir qué pasa en esa realidad donde alguien mata a alguien. A partir de la inteligencia, la cultura, la sensibilidad de Conde, yo puedo hablar de la realidad cubana.
Mario Conde mira la realidad cubana desde la esquina de un barrio de La Habana y a la altura de los ojos de un hombre. No es una perspectiva vinculada a las lecturas políticas elevadas sino una perspectiva que es coherente con la realidad que está viviendo el personaje.
Compartim la insularitat com a element constitutiu. Estàs d'acord que néixer, créixer i viure en una illa porta aparellades algunes particularitats? Com són aquestes particularitats en el teu cas, tenint en compte a més les circumstàncies polítiques de Cuba?
Independientemente de las circunstancias políticas y sociales de Cuba, las particularidades de la insularidad es una realidad para nosotros. Recuerdo uno de los poemas más importantes de la literatura de mí país, de Virgilio Piñera titulado "La isla en peso" cuyos versos resumen perfectamente esto y decían algo así como:
"Y la maldita circunstancia
del agua en todas partes"
Esto es totalmente cierto. En Cuba además entre la costa norte y la costa sur hay mas o menos la misma distancia que hay entre Maó y Ciutadella. Esto moldea la forma en la que los isleños entendemos el mundo, genera una avidez de lo otro, de conocimiento, de cultura, de atravesar la barrera del mar para ver más allá. Es como un caldero que vamos llenando de todos los ingredientes posibles. Además Menorca está en el Mediterráneo. No hay cultura más mestiza que la cultura mediterránea, porque por aquí ha pasado todo el mundo.
Cuba, aunque de forma más reciente, también está hecha de mestizajes. La cultura indígena, los españoles, que no eran españoles sino vascos, catalanes, andaluces... luego los africanos que tampoco eran africanos sino bantúes, yorubas, los chinos que no eran chinos sino cantoneses...etcétera. Esta mixtura también nos hace ser necesariamente más abiertos y al mismo tiempo más cerrados, por esta conciencia del espacio limitado. Es una dialéctica muy especial la que se establece en la percepción de quienes disfrutamos y sufrimos la insularidad.
Por otro lado hay que decir que los cuatro siglos de colonialismo español en Cuba han dejado una fuerte impronta cultural europea además de la cercanía con Estados Unidos que a principios del siglo XX fomentó una fuerte invasión cultural occidental en la isla, en un momento en que esta cultura se expandía por el mundo entero. Luego está la llegada del período socialista con la presencia de la URSS y su posterior caída, hasta llegar a este momento tan complicado que vivimos, donde incluso han habido grandes protestas contra el gobierno por la falta de recursos y de elementos básicos para la vida.
"Yo creo que más que las carencias materiales, la gran crisis que vivimos es una crisis de esperanza"
Es muy difícil para un cubano hoy en día tener un proyecto de vida y eso lo podemos constatar en la enorme migración de jóvenes que hay. Fíjate si será problemático y masivo este proceso que la mayoría de las mujeres que migran están en edad fértil, lo cual plantea un problema, un serio problema, en un país que ya tiene una muy baja tasa demográfica. Todo esto traerá consecuencias para el futuro.
Entrevista a per Santiago Torrado